Capítulo 8: Todo es cultural

La respuesta a (casi) todos los debates

Cosas:

Como decía Chesterton, la historia siempre estará escrita desde mil puntos de vista, menos el de la gente corriente. La gente corriente no está ocupada re-visionando la historia. Está ocupada viviéndola. Padeciéndola o disfrutándola. (De todas formas: tomando cerveza, probablemente. )

Yo no trabajo con cerveza. Yo trabajo con gente que toma cerveza. Por eso, para bien o para mal, cuando escucho o leo debates sobre desafíos en el mundo de la cerveza, sé que se me escapan muuuuuchas cosas con las que no convivo día a día, pero tampoco puedo evitar llevar el eje de la discusión a la gente. De verdad lo creo: en la gente están la mayoría de las respuestas.

Todo. Es. Cultural.

La mayoría de los cambios que terminan, o no, dándose en el sector, tienen que ver con cambios culturales. Por ejemplo, algo que está pasando ahora: la gente, sobre todo los jóvenes, están bebiendo menos (menos cerveza pero también menos alcohol en general). Es un hecho. Ok. Ahora, si miramos por qué pasa esto, qué competencia estamos teniendo y si podemos revertirlo desde nuestra parte, notaremos que la cosa tiene que ver un poco con la economía y otro poco con un fenómeno cultural. Los jóvenes no se están yendo a otras bebidas: están yendo a internet (¡!). Para los jóvenes, el alcohol y los pubs eran (en otros tiempos) la ocasión y el estímulo para socializar. Ahora, lo son Instagram y Tinder. Las redes son el nuevo lubricante social. Pero además, hay otra consecuencia. En las redes hay que lucir bien. Estar en forma y saludables. Y el alcohol va en contra de eso. Mira Tinder: nueve de cada diez chicos tienen una foto de perfil escalando, surfeando, o haciendo el deporte de moda que sea. Uno que otro, quizá, tenga una foto tomando cerveza (pero porque sostener un tercio en la mano hace que se vea bien cuán torneados tiene los brazos).

Entonces: ¿qué hacemos si los jóvenes no quieren emborracharse tanto ni quieren consumir tantas calorías? Pues elaboremos productos con menos alcohol y menos calorías. Estoy AMANDO el auge de las lite y las sin alcohol que estamos viviendo (en toda escala), porque hacía mucho que no veía una tendencia que lejos de partir de una moda, parte de un cambio cultural.

(Ted Lasso en un comercial de la birra esta que promociona Messi y que muchos dirán “eh, eso no es birra” pero yo siempre diré: si sirve para acercar a los deportistas a la birra, dámela siempre)

De verdad, cada vez que una marca grande o pequeña saca una nueva lite o una nueva sin alcohol, se renueva mi positividad. Desde ya, el hecho de que se saque a la venta un producto que quizá no se desearía hacer, pero que es necesario "porque la gente lo pide", es loable. Porque esa "gente" no es ni la de untappd ni el nicho que va a las tiendas especializadas. Es la Gente con mayúscula.

Me sorprende y a la vez celebro que las lite y las sin alcohol estén forzando que se gire el ojo a ese gran público que muchas veces se desvaloriza y deja escapar. No lo dejeis escapar esta vez, por favor. Recibirles con cariño y acompañarles a caminar por el yellow brick road, desde las sin alcohol y hasta el infinito. Aquí es donde trabajos como el que me toca empiezan a tener gran responsabilidad. A la gente que se acerca, hay que saber recibirla. En este sentido, estoy a favor de que se le haya cambiado el nombre a la Asociacion De Beer Sommeliers y Catadores de Cerveza, ahora llamada Asociación de Summillieria y Cultura Cervecera. Además de ser más inclusivo, pone el foco en lo que debe ser nuestro fin último, aún por encima de catar: divulgar cultura cervecera para hacer crecer el sector.

Lo segundo que veo interesante con esto de las sin alcohol y las lite, es que se están dando cambios de discurso y producción que (una vez más, es solo mi opinión) me saben positivos, sobre todo por el contexto chill en el que están aconteciendo. Decisiones que normalmente derivarían en discusiones radicales, al servicio de elaborar una sin alcohol de calidad, son tomadas como lógicas y sin mayor reflexión. Filtrar o pasteurizar, por ejemplo.
Pero la victoria para mi no es que muchas cerveceras craft estén pasteurizando. Eso me da igual. Que cada quien haga lo que quiera. La verdadera victoria, es que están pasteurizando y están viendo que NO PASA NADA. ESTÁ TODO BIEN. It's really not a big thing. Las reputaciones siguen intactas. Nadie deja de ser bueno, ni cool. Solo se es buena gente, haciendo cerveza, para buena gente que quiere tomar cerveza.

(Dejo aquí este tema de las SIN, porque lo retomaré en un futuro correo)

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Jaja. Por cierto. Estoy revisionando Platonic (2023), la última buena comedia americana que nos dieron las plataformas. En ella, el personaje de Seth Rogen (quien interpreta, como siempre, a un adulto con síndrome de Peter Pan) tiene una profesión que le encaja maravillosamente: es brewmaster de un moderado brewpub en Los Angeles, que se niega a crecer (sisi, las cervecerías también suelen tener síndrome de Peter Pan).

Es bastante graciosa una escena del tercer episodio, donde Rose Byrne (coprotagonista) le pregunta por qué no quiere vender su cerveza en una cadena de comidas rápidas que está interesada en ellos, si al final "hacer cerveza va sobre vender cerveza". Seth Rogen le dice:

- No. Va sobre vender buena cerveza. Y eso ya lo estamos haciendo

- Ya. Pero ¿no te interesa también ganar dinero?

- ¿Cuál es la obsesión de todo el mundo con el dinero? Mira. Te diré la verdad: SOY COOL. Y este sitio de comidas rápidas NO ES COOL. Y para la gente cool, como yo, no ser cool puede llegar a ser muy peligroso.

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Cervezas:

Ya que estoy con esto de revisionar comedias americanas, he vuelto a ver por vez número mil Drinking Buddies, la Sideaways cervecera.

Más allá de que ésta transcurre en un brewpub de Chicago, también os recomiendo toda la filmografía de Joe Swanberg, su director, porque es de los cineastas más inteligentes de su camada. Logra enganchar con muy poco, el muy maldito genio.

Joe Swanberg fue uno de los fundadores de un movimiento cinematográfico bastante cool en su día que se llamó mumblecore. Era un cine bien, utilizando mínimos recursos pero de máxima calidad, donde se priorizaba por sobre todo la receta. Perdón, el guión, quise decir el guión.

Joe Swanberg, además de guionista y director, es home brewer. Y al estrenarse Drinking Buddies, manifestó varias veces que, por fuera del cine, la cosa que más ocupa su mente, es la cerveza artesana.

Hoy Joe Swanberg es considerado un excelente creador de productos audiovisuales que los críticos gustan llamar "middle". Ficciones con guiones y personajes quirúrgicamente construidos, pero cediendo en intelectualidades y recursos de nicho, al servicio de contar historias buenas que gusten y alcancen a más cantidad de Gente. Los productos middle, son los que hacen crecer al buen cine, porque son el punto medio entre los tanques y el cine independiente. Un ejemplo es "Easy", serie que Swanberg hizo para Netflix (para variar, dos de sus personajes principales también son maestros cerveceros).

En Drinking Buddies aparece mucho en escena la Centennial de Founders. No es casual, Joe Swanberg es de Detroit, las raíces tiran. Pero igual que le encontré el doble sentido a la Torpedo IPA que aparecía en Past Lives, creo que la Centennial en Drinking Buddies es el ejemplo cervecero de un producto "middle". Una cerveza muy bien hecha, con muy buena calidad, pero pensada para llegar a un público mayor, que a través de ella, se abra camino por el yellow brick road del mundo de la buena cerveza craft.

Eso es todo por mi parte, amigos. Buen sábado. Decirme qué pensáis.
Se me hizo largo el texto esta vez, perdón. No tuve tiempo de hacerlo más corto.

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Bonus track: ya menciono Detroit, no puedo no darle play a su rey (que en paz descanse).